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COSMOLOGÍAS



La cosmología es la ciencia del todo, el intento de explicar unitariamente la estructura global del Universo. A partir de esta forma de especulación, los griegos, en particular los presocráticos, desarrollaron una pasión intelectual tan verdadera que durante muchos siglos no surgió al respecto ninguna teoría predominante ya que, a cualquier hipótesis que se presentase, se le planteaba inmediatamente una antitética.

En el pensamiento de los presocráticos, la cosmología poseía en cierto sentido la función de completar el sistema: era la descripción de un escenario cósmico compatible con los principios enunciados en el ámbito filosófico. Por este motivo, cada pensador sentía la necesidad de crearse una cosmología personalizada. A. Koestler afirma en su historia de las concepciones del Universo (Los sonámbulos, 1959) que <el espectáculo de los cosmólogos del s. VI evoca el de una orquesta antes del concierto, cuando cada uno de los músicos afina su instrumento y está concentrado en aquello que hace sin prestar atención a los maullidos de los otros. Justo cuando uno de ellos tenía conocimiento de una media docena de proposiciones geométricas y oía decir que los fenómenos celestes reaparecían periódicamente, empezaba a buscar una ley para el todo y a construir un sistema del Universo>.

Esta pluralidad de propuestas deriva del carácter específico, sólo parcialmente científico, de la cosmología, evidenciado claramente por el filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804). Cada cosmología, justamente porque su pretensión es comprender el mundo en su totalidad y universalidad, supera necesariamente los límites de la experiencia (siempre limitada y parcial) y acaba, por tanto, formulando afirmaciones extracientíficas ni probables ni rebatibles. De hecho, Kant subrayó que <la historia de la cosmología ha producido antinomias insanables> (dos tesis contradictorias, pero igualmente demostrables), planteando razones válidas para sostener por igual que el cosmos es finito y que no lo es, que es eterno y que ha sido creado, que en él domina el azar y, por el contrario, la necesidad.

De todo ello, Kant deducía un juicio de no conclusión teorética: la cosmología, situándose fuera del ámbito científico, debe considerarse esencialmente una metafísica: no un intento de describir realmente el cosmos, sino la expresión de la voluntad, de los deseos y, sobre todo, de la fantasía del cosmólogo. No obstante, el propio Kant suavizó este drástico juicio subrayando que la intensa producción cosmológica de la antigüedad, al delinear todos los posibles escenarios del Universo (comprendidos aquellos que hoy en día denominaríamos <virtuales>), ha tenido un fecundo papel en la historia del pensamiento científico. De hecho, en los albores de la época moderna, los astrónomos que iniciaron la revolución astronómica encontraron en el pluralismo teórico de las cosmologías griegas una inmensa riqueza de motivos y de hipótesis, incluida la teoría heliocéntrica (--> heliocentrismo) formulada por Aristarco de Samos en el s. III a.C.


TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO