El dualismo entre mundo sensible y mundo de las ideas (--> Idea platónica) tuvo consecuencias importantes en el campo de la estética. Platón afirmó que toda forma de arte es siempre una actividad de mímesis, es decir, una representación, una copia más o menos semejante, de un objeto o de un acontecimiento (la idea de que pueda existir un arte abstracto, no figurativo, es una conquista del arte del s. XX). Sin embargo, dado que las cosas del mundo son ya de por sí simulacros imperfectos de la verdadera realidad de las ideas, las imágenes artísticas resultan ser una copia de una copia, doblemente lejanas de la verdad. El arte, concluye Platón, es poco educativo y corruptor; estimula la sensación (vista y oído), la parte menos noble del hombre o mujer, mientras que, al mismo tiempo, ofusca las capacidades racionales, ya que reclama la fantasía y la emoción, los aspectos más irracionales de la psique (--> Entusiasmo). En definitiva, para Platón el arte no es una forma de conocimiento sino de confusión: produce el efecto de ocultar la diferencia entre verdad y falacia.
El concepto de <mímesis> se aplica prioritariamente a las artes visuales (pintura y escultura), pero también a la poesía, a la literatura y a la música. En el libro III de la República, Platón definió como miméticas incluso la tragedia y la comedia (de hecho, también una representación teatral es una forma de imitación de la vida). Por tanto, la primera medida en un Estado gobernado por los filósofos debería ser la expulsión de todos los artistas: poetas, pintores, músicos y dramaturgos, además de los vates y los cantores de mitos. La violencia del ataque platónico contra el arte no tenía antecedentes ni tuvo continuidad en la historia del pensamiento ni siquiera en el seno de la tradición platónica. En primer lugar, Plotino (s. II d.C.) y después el neoplatonismo (-->) del Renacimiento llegaron incluso a transformar esta condena en una exaltación, argumentando que la pintura, a pesar de que esté condenada a utilizar figuras realistas (miméticas), puede igualmente usarlas para expresar significados trascendentes (--> Arquetipo). Por tanto, al artista, que Platón consideraba totalmente pasivo, se le atribuyó un papel propiamente intelectual: la capacidad de intuir directamente la idea que se esconde en las cosas y revelarla a los otros.
Pese a ello, algunas de las afirmaciones de Platón indican que tal vez llegó a aceptar un arte no mimético. De hecho, en las Leyes, declara admirar el arte esquemático y geométrico (no naturalista, sino conceptual) de los antiguos egipcios, quienes <habían establecido como regla que la juventud de un Estado debe asumir en sus exhibiciones únicamente aquellas posturas y tonos que sean convenientes, definidos de forma muy precisa. Además de esta lista oficial, a los pintores egipcios se les prohibía introducir cualquier innovación o invención que transgrediese las normas tradicionales>. En otras palabras, según Platón, un arte capaz de prescindir de la representación naturalista de la realidad (por tanto, no mimético) habría podido desempeñar una importante tarea ética y educativa.
TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO