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EXPERIENCIAS/DEMOSTRACIONES





Más que un teórico de la ciencia (como Descartes y Bacon), Galileo fue un científico inmerso en la investigación; no construyó un sistema doctrinario para aplicarlo en la práctica, sino que desarrolló observaciones epistemológicas a partir de su actividad de inventor. En su opinión, la práctica de los científicos debe basarse en dos principios: las demostraciones necesarias y las experiencias sensatas.

Las demostraciones necesarias son razonamientos fundamentados en la lógica hipotético-deductiva, capaces de extraer rigurosamente todas las consecuencias posibles de una hipótesis de partida. Estas demostraciones constituyen el aspecto más interpretativo y racional del trabajo científico; sin embargo, no deben considerarse autónomas ni independientes respecto a la experiencia: cualquier ley, sea cual sea la forma en que haya sido formulada, deberá someterse a la criba de la experiencia. El carácter <necesario> que caracteriza estos razonamientos expresa una exigencia de rigor matemático, tal como se demuestra en este célebre pasaje de Il saggiatore (1623): <La filosofía está escrita en este vasto libro que continuamente está abierto ante nuestros ojos (al que yo denomino el Universo), que sin embargo no puede entenderse si antes no se aprende su lengua y se conocen los caracteres en que está escrito. Está escrito con lenguaje matemático: triángulos, círculos y otras figuras geométricas, medios sin los que es imposible entender humanamente la palabra y sin los que vagaríamos en vano por un oscuro laberinto>. En otras palabras, la naturaleza es un orden objetivo y mensurable de relaciones gobernadas por leyes que pueden formularse de forma precisa. En realidad, los instrumentos típicamente matemáticos de los que podía disponer Galileo eran bastante escasos (no abarcaban el álgebra, sólo una aritmética elemental) y esta lengua exacta con que se expresa la naturaleza, llamada por Galileo matemática, es de hecho una geometría, dado que versa sobre triángulos, círculos y otras figuras. Sin embargo, todavía no es una geometría en el sentido tradicional (es decir, una ciencia del espacio), sino un método riguroso, abstracto y del todo independiente de las relaciones espaciales, que permite llegar a deducciones lógicas. Las figuras geométricas construidas por Galileo y sobre las que razona no siempre representan distancias y espacios; a menudo indican intervalos de tiempo, velocidad o cualquier otra variable física. En resumen: la geometría no es <medida del espacio>, sino el <lenguaje de la naturaleza> en cualquiera de sus aspectos.

Las experiencias sensatas o, literalmente, las experiencias de los sentidos (en particular, la vista), representan el momento de inducción y observación de la ciencia, primordial en los descubrimientos de Galileo (-->) relativos a los cuerpos celestes.

La tesis de Galileo posee dos significados: en oposición a los teólogos dogmáticos que se negaban a admitir lo que realmente veían en el telescopio, indica que es imposible no creer en aquello que está probado por una sensación concreta. En oposición a los filósofos aristotélicos de la naturaleza, indica que la experiencia verdaderamente científica es diferente de la observación cotidiana del mundo, genérica y confusa. Ésta ha de encontrar su fundamento en mediciones precisas, adquiridas mediante instrumentos adecuados, y ha de ponerse a prueba a través de un experimento (-->) crucial.




TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO