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RES COGITANS / RES EXTENSA




La fundación de la metafísica dualista llevada a cabo por Descartes constituye el acontecimiento filosófico fundamental de la modernidad. Según esta teoría, todo el mundo está compuesto exclusivamente por dos tipos de sustancias (--> Sustancia), dos realidades opuestas e inconmensurables entre las que no existe nada en común: el pensamiento y la materia.


Para Descartes, la existencia de la res cogitans (el pensamiento) puede demostrarse a partir del procedimiento de la duda hiperbólica (-->): por mucho que se dude de todo, es imposible no reconocerse como pensamiento dubitativo, según la célebre máxima <cogito ergo sum>.


La res cogitans no ocupa espacio físico, es consciente de sí misma y libre; no tiene una dimensión material ni espacial. En todo el Universo sólo está presente en los seres humanos, en los que constituye su Yo: es decir, la mente consciente.


Descartes introdujo la noción de res extensa y le otorgó características simétricas y contrarias: materia es todo lo que no es espíritu: es decir, pura extensión espacial carente de consciencia. En las Meditaciones metafísicas (1641) explicó esta noción recurriendo al ejemplo de la cera: <Tomemos un trozo de cera recién extraído de la colmena: todavía no ha perdido la dulzura de la miel que contenía, conserva aún restos del perfume de las flores de las que ha sido extraída; su color, su forma, su tamaño, son manifiestos; es dura, es fría, se puede palpar y, si la golpeamos, producirá algún tipo de sonido. Todas aquellas cosas que, por separado, pueden permitir el conocimiento de un cuerpo, se encuentran en éste. Pero he aquí que, mientras os estoy hablando, el trozo de cera se acerca al fuego: el sabor que aún contenía se esfuma, el olor desaparece, el color cambia, la forma se pierde, el tamaño aumenta, se hace líquido, se calienta, a duras penas puede ser palpado y, aunque se le golpee, no producirá sonido alguno. Pero, tras esta transformación, ¿sigue siendo igual a la cera¿Qué era, pues, aquello que se conocía? Todas las cosas que estaban supeditadas al gusto y al olfato o a la vista o al tacto o al oído, han cambiado y, sin embargo, la cera sigue siendo la misma>


Aquello que permanece ofrece la noción exacta de materia: algo que tiene una extensión, que es flexible y mudable; en pocas palabras, la pura capacidad de ocupar un espacio (la cera dejaría de existir únicamente si no ocupase un espacio.


Por tanto, el conocimiento de los fenómenos naturales debe prescindir de las mudables cualidades secundarias (olor, sabor) sugeridas por los órganos de los sentidos; el verdadero conocimiento es una <visión de la mente>, una representación muy simplificada respecto a la complejidad del mundo real, pero segura, exacta e incontrovertible, porque se basa en un único parámetro objetivo: la extensión espacial y sus derivaciones (altura, anchura, profundidad, área, tamaño, forma, movimiento, situación, duración, número).


Por lo que respecta al hombre y a la mujer, la polaridad res cogitans/ res extensa se transforma en la oposición entre mente y cuerpo y origina el problema de sus relaciones recíprocas. Descartes intentó resolver el problema de estas relaciones mediante la teoría de la glándula pineal (-->), admitiendo su interacción en esta glándula del cerebro.


TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO

PROFUNDIZACIÓN RES COGITANS/RES EXTENSA