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DUDA HIPERBÓLICA




En gnoseología, el término <duda> indica un estado psicológico de incertidumbre frente a dos alternativas contrarias. Se suele hacer una distinción entre la duda escéptica (cuando la imposibilidad para emitir un juicio se muestra como el resultado de una investigación de la verdad) y la duda metódica (cuando la exhortación a suspender cualquier tipo de juicio es un instrumento para llegar a un conocimiento con fundamentos). En el primer caso, la duda es la única certeza auténtica. En el segundo, aunque Sócrates ya recurriese a ésta en la mayéutica (-->), la práctica de la duda metódica está íntimamente vinculada al pensamiento de Descartes, que la convirtió en el fundamento de su metafísica.


Según Descartes, hay que empezar poniendo en entredicho las propias convicciones, considerando provisionalmente falso todo aquello que no esté probado y de lo que, por tanto, se pueda dudar. Si después de haber sometido el propio conocimiento a esta criba se llega a un residuo positivo, una idea sobre la que no se puede dudar, deberá considerarse totalmente verdadera, tan cierta que pueda ser usada como fundamento de otros conocimientos.


El problema es que no existe conocimiento alguno del que no se pueda dudar de alguna manera. La sensación (-->) no es fiable: a pesar de que, a veces, la percepción de un objeto parece tener características de certidumbre, está demostrado que en algunas ocasiones los sentidos engañan y que, por tanto, pueden hacerlo siempre.


Además durante el sueño, en las fantasías y en las alucinaciones se pueden producir representaciones mentales tan semejantes a aquellas propias del estado de vigilia que resulta imposible establecer una demarcación clara. Dado que cuando un individuo se despierta de un sueño tiene en ocasiones la impresión de salir de la realidad verdadera, ninguna experiencia particular podrá disolver definitivamente la duda de no estar soñando incluso en el momento en que está convencido de estar despierto. Asimismo se puede dudar de los conocimientos matemáticos aunque éstos, según Descartes, se muestren iguales tanto en la vigilia como en el sueño; también se puede discutir el mundo entero (duda hiperbólica) suponiendo que un genio maligno haya engañado de forma sistemática a todos los hombres y mujeres desde su nacimiento, haciéndoles ver y creer verdadero aquello que no existe y ocultándoles la auténtica realidad


El carácter radical de la duda hiperbólica sirvió a Descartes para subrayar la validez de la conclusión: en el momento en que dudo de todo, sólo puedo contar con una única certeza: con mi propia duda. Mi existencia en cuanto sujeto pensante es tan cierta como incierta es la existencia de las cosas sensibles. <Cogito ergo sum> es la célebre fórmula con que Descartes resumió estas reflexiones: <Pienso (dudo), luego existo>. La proposición <yo existo en cuanto ser pensante> (en cuanto a espíritu o res cogitans) es una certeza originaria sobre la que se puede fundar la metafísica y la ciencia.


TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO

PROFUNDIZACIÓN DUDA HIPERBÓLICA