En la base de la doctrina de la docta ignorancia, el neoplatónico Nicolás de Cusa afirmó que mientras que el conocimiento humano está siempre fundado sobre una comparación entre elementos relativos, la divinidad se encuentra más allá de cualquier relativismo, más allá del principio lógico de no contradicción que constituye el saber humano. Al ser infinito, Dios puede ser cualquier cosa y su contrario, pudiéndose hablar de coincidencia de opuestos. En Él conviven el más y el menos, lo máximo y lo mínimo; Dios se puede definir como el más grande en absoluto, como la velocidad infinita y la quietud absoluta. Estas parejas de opuestos (y todas las demás posibles) no pueden coexistir en nuestro mundo, pero cada cosa que nos parece relativa y determinada está siempre e infinitamente presente en la divinidad.
La teoría de la Coincidentia oppositorum, elaborada por de Cusa solamente en relación a Dios, fue enseguida asumida y llevada por los pensadores renacentistas más allá del ámbito teológico, convirtiéndose en un elemento típico de la mentalidad neoplatónica. Marsilio Ficino, por ejemplo, señaló que también en el ser humano (copula mundi: -->) se produce una coincidencia de naturalezas opuestas (el cuerpo, que remite a la naturaleza, y el alma, que remite al espíritu), mientras que los magos herméticos hallaron en esta doctrina una confirmación teórica de la práctica alquímica, en la que la transmutación en oro se produce gracias a la conjunción de dos metales opuestos en los que se materializa cualquier tipo de contraste (el Sol y la Luna, el frío y el calor, el macho y la hembra...).
De este modo, la coexistencia de una duplicidad (el todo y la nada, la fuerza y la debilidad, lo profano y lo espiritual...) se convirtió en el Renacimiento en un ideal filosófico y en un estilo de vida. Pico della Mirandola lo expresó en la doctrina del hombre camaleón (-->), mientras que para el símbolo de la plenitud del ser humano fue elegida la figura del andrógino (-->), el mítico ser originariamente bisexual que Platón había introducido en el Simposio para explicar algunos de los aspectos de la atracción erótica.
Por lo demás, también la teoría de la escala erótica (-->), a su vez elaborada por Platón en el Simposio, fue leída por los humanistas según esta nueva categoría interpretativa. En la conexión establecida por Platón entre amor sensual y amor por la sabiduría se pretendió ver un ideal de coincidencia entre carnalidad y espiritualidad, entre amor profano y amor sagrado, justificando también así la aparición de una nueva mentalidad basada en la revelación del cuerpo, de los deseos y de las pasiones.
La coincidencia de opuestos se convirtió así en un elemento regulador general de la mentalidad renacentista. Sólo así se explica cómo durante un breve período se pensó que era posible que coexistieran en una única sabiduría totalizadora que el aristotelismo con el platonismo, el cristianismo con la magia, el arte con la ciencia.
TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO