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Asesorías Filosóficas Personalizadas

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ARISTOTELISMO/PLATONISMO




Al pintar su gran fresco de nombre La escuela de Atenas (1510), Rafael estuvo seguramente asesorado por un grupo de teólogos y filósofos, entre los que sin duda debió hallarse el noto literato humanista Pietro Bembo.

La obra, que representa un nutrido grupo de antiguos sabios mientras pasean filosofando, tiene un valor tanto estético como documental: esto es así por el testimonio visual que aporta de la cultura filosófica del Renacimiento.

La primera observación destacable hace referencia al prestigio adquirido por la filosofía, que ya no es <sierva de la teología> como lo fue durante la Edad Media, sino una ciencia totalmente autónoma y emancipada (no es casualidad que el papa Giulio II conservara el fresco en sus habitaciones privadas del Vaticano). Rafael utiliza una amplia gama de técnicas visuales para subrayar el sentimiento de admiración por la antigua sabiduría, y en ese sentido recurre a soluciones expresivas introduciendo la perspectiva. Pero el verdadero <mensajede la obra es la posibilidad de conciliar la tradición platónica y la aristotélica en un único ideal de sabiduría. De hecho, la composición gira en torno de las figuras centrales de Platón y Aristóteles: todas las líneas de la perspectiva convergen hacia ellos y sus rostros son los únicos que se perfilan sobre el fondo del cielo. El resto de los personajes identificables está ubicado según su relación con los dos grandes maestros: a la izquierda se encuentran los personajes místicos y neoplatónicos (OrfeoPitágoras) y a la derecha los filósofos de la naturaleza y los científicos (TolomeoEuclides, Zoroastro). Así se sobreentiende que las numerosas variantes del pensamiento griego pueden ser reconducidas a los dos conceptos fundamentales (simbolizados por el gesto de la mano: hacia arriba el de Platón y hacia el suelo el de Aristóteles).

Por otra parte, al mirarse entre ellos como si conversaran, los dos maestros expresan un ideal de recíproca complementariedad. La tesis filosófica del cuadro es que es posible y necesaria una síntesis unificadora entre los dos máximos exponentes del pensamiento heredado por el mundo griego (en los últimos siglos de la Edad Media habían existido feroces disputas acerca del papel y de la importancia atribuidos a los dos grandes pensadores clásicos). Por lo demás, esta esperanza de una universal conciliación filosófica estaba sólo justificada por la deficiente comprensión de unos textos que inducían a Ficino y a otros filósofos herméticos (--> Hermetismo) a creer que PlatónAristóteles podían ser reconciliados no sólo entre sí, sino también con el cristianismo y con la magia (-->). El mismo Rafael, víctima de estas equívocas interpretaciones, situó a Zoroastro entre los filósofos de la naturaleza, a quien el Renacimiento consideró autor de los Oráculos caldaicos (que es, en realidad, un texto mágico-hermético de la época imperial).

Con el progreso de los estudios, este ideal de unidad resultó imposible y la cultura del Renacimiento se dividió en dos corrientes: el naturalismo aristotélico (laico-científico) de Telesio y Campanella, y el misticismo neoplatónico (metafísico-religioso) de Ficino y Bruno.




TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO