Un rasgo característico del Renacimiento que tuvo una amplia difusión en el abigarrado campo del pensamiento mágico fue el ars inveniendi: esto es, la búsqueda de un método racionalmente especificable capaz de generar nuevos descubrimientos lógicos. Paolo Rossi, historiador de filosofía italiano, resume del siguiente modo sus ambiciosos objetivos: <Descifrar el alfabeto del mundo, conseguir leer en el gran libro de la naturaleza los signos impresos por la mente divina; descubrir la total correspondencia entre las formas originarias y la cadena de las razones humanas; construir una lengua perfecta y capaz de eliminar los equívocos y de desvelar las esencias, poniendo al hombre en contacto no con los signos, sino con las cosas; dar lugar a enciclopedias totales, a ordenadas clasificaciones que sean el espejo fiel de la armonía del cosmos>.
El representante filosófico de esta tendencia fue G. Bruno, quien en sus obras herméticas (escritas en latín) reunió sugerencias procedentes del arte combinatoria (-->) de Llull, del arte de la memoria y de la Cábala (-->) hebrea. <Sirviéndose tanto de imágenes mágicas y talismánicas como de imágenes mnemónicas, Bruno esperaba adquirir conocimientos y poderes universales consiguiendo, mediante la organización mágica de la imaginación, una personalidad dotada de poderes superiores y en sintonía -por expresarlo de algún modo- con los poderes del cosmos>. Son palabras de F. Yates (Bruno y la tradición hermética, 1964), investigadora inglesa que durante más de veinte años ha subrayado la importancia de estos aspectos hasta entonces obviados del pensamiento de Giordano Bruno y del Renacimiento en general.
El intento más ambicioso de cuantos desarrolló Bruno para delinear efectivamente una <máquina de inventar> fue el sistema de las ruedas mnemónico-asociativas propuesto en su De umbris idearum (Las sombras de las ideas, 1582).
La disposición concéntrica de las ruedas, móviles y con capacidad para rotar libremente alrededor de un eje central, está inspirado claramente en Ramón Llull. Cada casilla de estas ruedas está señalada por una letra a la que corresponden cinco imágenes mnemónicas (-->); dado que las casillas son en número de treinta y que las ruedas oscilan de tres a siete, en su conjunto el sistema posee una vastedad enciclopédica.
Quien fuese capaz de dominar semejante sistema de lugares e imágenes, quien alcanzara a dominarlo mentalmente, tendría a su disposición una síntesis del Universo entero.
Girando los arcos se puede formar un número infinito de asociaciones entre las imágenes-concepto: recordar significa reconstruir esos movimientos; inventar significa establecer nuevos movimientos; quien descubra nuevas asociaciones inusuales y originales pero verdaderas, recibirá el calificativo de <genio>.
El problema de descubrir la lógica que permita distinguir las asociaciones útiles entre la infinita pléyade de asociaciones sin sentido fue resuelto por Bruno en términos mágicos, proponiendo ubicar en el centro del sistema determinadas imágenes celestes o mitológicas, esquemas arquetípicos usados en la creación de talismanes y figuras de la astrología (casas planetarias, decanos). Una vez plasmadas con fuerza en la fantasía, estas imágenes mentales serían capaces de condicionar positivamente la búsqueda de relaciones asociativas.
TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO