Una estructura es la relación que media entre las partes de un todo organizado, de tal forma que le confiere estabilidad y funcionalidad. El sentido técnico y filosófico de esta palabra, tal como se utiliza por el estructuralismo (-->), es bastante similar al del lenguaje cotidiano: se habla comúnmente de <estructura de un cuerpo>, de <estructura arquitectónica>, <estructura social>, etc. La estructura es la lógica interior que regula la interdependencia de los componentes de un sistema y hace que cada mutación se traduzca de inmediato en un cambio de todos los demás componentes y de todo el conjunto. Mientras que un agregado (un montón de piedras, por ejemplo) es simplemente cumulativo (integrado por elementos independientes del todo), en una estructura estos elementos están subordinados a la ley de composición, que caracteriza el sistema como tal.
Aunque las estructuras no sean físicamente visibles, se pueden representar a través de esquemas por medio de diagramas y funciones. Un ejemplo mínimo de estructura es la histéresis (--> diagrama de la página siguiente). Se observa una curva en histéresis al estudiar la resistencia de los materiales, pero lo más notable es que la misma función representa una abigarrada serie de fenómenos: es utilizada por los psicólogos para describir el ritmo de aprendizaje de una lengua y por los físicos a propósito de la magnetización. La idea estructuralista es la de que la histéresis describe una ley de formación y de inteligibilidad típica de un determinado tipo de transformaciones, tanto si éstas son de orden psicológico como si son de orden físico.
El estructuralismo estudia no las propiedades de los elementos que se presentan en determinado campo de investigación, sino tan sólo el sistema en su conjunto y en sus leyes. Su objetivo es la elaboración de modelos capaces de arrojar luz sobre los esquemas de relación que conectan entre sí los objetos y los acontecimientos, sin valorar el análisis específico de los mismos.
La noción de <estructura> nació a principios del s. XX en el ámbito de la lingüística. F. de Saussure (Curso de lingüística general, 1916) consideró por primera vez la lengua como un sistema cuyas partes individuales (las palabras) no se pueden examinar aisladamente, sino tan sólo en sus relaciones recíprocas: la estructura que subyace en una lengua es el sistema de las diferencias de significado entre las palabras.
El máximo logro del planteamiento estructural se produjo en la segunda posguerra con la antropología estructural de C. Lévi-Strauss, quien intuyó que las relaciones de parentesco (es decir, la serie de normas que favorecen o vetan el matrimonio) construyen una sociedad exactamente del mismo modo que los fonemas determinan las palabras y éstas la lengua.
La noción de estructura implica la polaridad diacronía/sincronía (-->). Para establecer las relaciones que forman un sistema es necesario considerar los elementos que lo constituyen en un momento dado, prescindiendo de las transformaciones causadas por el paso del tiempo.
TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO