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ORFISMO



Orfeo (literalmente, el Expulsado, el que está solo) es el nombre del mítico poeta hijo de Apolo y de la musa Calíope, fundador de la secta órfica difundida en Tracia entre los ss. V-IV a.C.

En el centro de la reflexión órfica, como en los misterios en general (-->) y, más particularmente, en los cultos dedicados a Dioniso, se encontraba el enigma de la muerte y de la resurrección.

El mito cuenta que cuando murió Eurídice, la esposa de Orfeo, éste descendió a los Infiernos para llevarla nuevamente a la vida. Con la música de su lira logró aplacar a los guardianes infernales, Caronte y Cerbero, pero a lo largo del camino de retorno infringió la prohibición que le impuso Perséfone, reina de ultratumba, de no volverse para mirar a su esposa, por lo que ésta regresó para siempre al Hades. Desde aquel momento, Orfeo rechazó el amor de todas las mujeres y con su música distraía a los hombres de los deberes conyugales. Al final, acabó sufriendo la venganza de las mujeres de Tracia: airadas, lo asesinaron, lo descuartizaron y lanzaron sus restos al mar. No obstante, el epílogo del mito es un mensaje de fe en la salvación eterna. De hecho, a pesar de ser destripado ferozmente, Orfeo no murió del todo, sino que su cabeza, aunque separada del cuerpo, seguiría cantando eternamente. 

El orfismo se fundamenta sobre tres principales tesis de fondo.
  • En cada individuo existe un alma, un principio eterno preexistente al nacimiento y perdurable más allá de la muerte. El orfismo se apropió de la teoría ya difundida en Oriente (todavía en la actualidad defendida por el hinduismo y por el budismo) de la reencarnación o metempsicosis, según la cual, cuando muere un individuo, el alma entra al poco tiempo en otro cuerpo.
  • El hombre o mujer se define por el dualismo entre alma y cuerpo, principios sumidos en irresoluble contradicción, puesto que la salvación del espíritu implica la represión y la purificación del cuerpo.
  • Tras la muerte del cuerpo, el alma debe someterse a un juicio que puede ser un castigo (es decir, una nueva reencarnación) o bien un premio (esto es, la liberación definitiva del ciclo de las encarnaciones para volver a ser únicamente espíritu). En resumen, el orfismo promete al fiel liberar lo que tiene de divino, de celeste y de bueno en sí mismo, para volver a ser un espíritu puro, divino (como lo fuimos todos en el origen). 

La interpretación moderna (E. Rohde, Psyche, 1894) detecta el nacimiento del orfismo (s. VI a.C.) en una reforma en el seno de los ritos dionisíacos encaminada a invertir en un sentido ascético la fuga estática de la realidad predicada por el dionisismo. De hecho, la vía órfica hacia la salvación imponía una fuerte tensión ética, un estilo de vida ordenado y constante, caracterizado por el ejercicio ascético y la continencia (incluidas las normas de higiene personal) y por la sobriedad (prohibidas las prendas de lana). Se daba mucha importancia a una rígida dieta vegetariana (prohibidos los huevos e incluso las judías) diametralmente opuesta a la costumbre de comer carne cruda del dionisismo

Estos ideales de equilibrio espiritual encontraron una expresión muy adecuada en las representaciones de Apolo, <dios de la armonía, de la concordia y de la proporción>.


TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO