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NEWTONIANISMO


Según postula el historiador de la ciencia A. Koyré (Del mundo aproximado al Universo de precisión, 1958) el newtonianismo consistió en la destrucción de la idea de cosmos, es decir, en la creencia en un Universo finito y jerárquicamente ordenado, internamente diferenciado en zonas (--> Mundo sublunar) distintas por sus cualidades, materia y leyes, y cada una dotada de su propio estatuto ontológico. Después de Newton, el Universo se convirtió en una estructura abierta e infinita o por lo menos indefinida, cuyos componentes están organizados al mismo nivel ontológico: los cielos, los astros y la Tierra están formados todos por la misma sustancia y están sujetos a las mismas leyes físicas. En este Universo ya no puede haber ninguna diferencia entre física celeste y física terrestre, entre el estudio de los astros y el del movimiento de los objetos en la Tierra. Astronomía, física y dinámica, ciencias que Aristóteles distinguía claramente, se convierten en interdependientes, están estrechamente unidas y son interpretables todas con el método matemático (que Aristóteles reservaba solamente a la astronomía, al estudio del mundo celeste y divino).

La aceptación de este punto de vista explica el célebre episodio según el cual Newton habría intuido la ley de gravitación universal observando la caída de una manzana. El rasgo genial de su razonamiento consistió en la hipótesis de que tanto la Luna como la manzana están sujetas a la misma fuerza de atracción hacia la Tierra, lo que implica una completa desacralización de la naturaleza y convierte a la Luna en un cuerpo físico como tantos otros, distinto a la manzana solamente por su tamaño.

También es cierto que Newton subrayó los preceptos religiosos de su pensamiento, afirmando que el perfecto funcionamiento de la complicada máquina cósmica puede ser tomado como prueba de un <Dios creador>: <La elegantísima conjunción del Sol, de los planetas y de los cometas no pudo surgir sin el proyecto y el poder de un ser inteligente y poderoso>. Como agudamente sintetizó Voltaire, <el reloj presupone el Relojero>; de todas formas, el determinismo (-->) implícito en la ciencia newtoniana sentaba por primera vez las bases para un estudio de la naturaleza completamente ajeno a los valores religiosos. Para este científico inglés, <Dios> sigue siendo necesario solamente para explicar el principio del Universo, no su funcionamiento actual. La función divina se limita a la creación: es decir, a la producción de la materia y de las leyes del movimiento; desde aquel momento, el gran mecanismo cosmológico funciona autónomamente, gobernado por reglas internas e inmutables. Todos los fenómenos naturales, el movimiento de los astros, las mareas, la caída de los cuerpos, las irregularidades planetarias, la dinámica de los objetos en movimiento sobre la Tierra, se pueden explicar con solamente dos leyes fundamentales y universalmente válidas: el <principio de inercia> y las leyes de la <gravitación>.


TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO