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ROMANTICISMO


Recibe el nombre de <romanticismo> el movimiento espiritual que se desarrolló en Alemania en los años que siguieron a la Revolución francesa y que se difundió luego en los primeros tres decenios del s. XIX por toda Europa, originando una serie de variantes nacionales. Considerando la presencia en el fenómeno romántico de valores antagónicos, resulta imposible definir de forma unívoca su especificidad. En cambio, sí es posible indicar algunos de sus temas más característicos.
  • La búsqueda del absoluto, una noción que ejerció una auténtica atracción entre los pensadores y los artistas románticos (una especie de <ansia>, un <estremecimiento>). Se expresó tanto en la filosofía idealista (Fichte, Schelling, Hegel) como en un genérico y más literario <sentimiento del infinito>.
  • El énfasis en el sentimiento llevado hasta el <sentimentalismo> y el deseo de todo aquello que produce una emoción conmovedora (por esta razón, la música fue considerada la más perfecta de todas las artes).
  • La revalorización de la fe, con el consiguiente renacimiento del interés por todas las religiones sin ánimo de lucro.
  • El amor por la historia, tanto por la de la antigua Grecia (idealizada) como por los períodos no clásicos: la Edad Media, la prehistoria, las épocas bárbaras.
  • La curiosidad por los aspectos irracionales de la vida (--> Vida) y por las experiencias excepcionales, con la recuperación del misticismo (-->) y de la magia (-->).
  • El interés por todo estado de alteración de la mente: el <sueño>, la réverie (fantasear con los ojos abiertos), la experiencia alucinatoria producida por las drogas, capaz de superar la barrera de la normalidad y de provocar una especie de <ebriedad de infinito>.
  • La revisión de las antiguas doctrinas precientíficas del alma del mundo (-->) y de la equivalencia entre microcosmos-macrocosmos (-->), fundamento de la naturphilosophie, la <filosofía de la naturaleza> romántica.
  • La recuperación de la literatura fantástica y de la fábula: la curiosidad por lo exótico y por lo primitivo. Nació en el s. XIX el <mito del viaje>, en el que los románticos vieron un retorno a las fuentes de la civilización, una recuperación de sí mismos, una fuga de la insatisfactoria realidad presente. Pero el viaje puede ser también una evasión en el tiempo, tanto hacia un futuro extraordinario (la ciencia ficción es un género que se inventó en el romanticismo) como hacia un pasado idealizado (con Ivanhoe, debido a W. Scott, nació la <novela histórica>).
  • El titanismo o prometeísmo: la actitud de desafío y rebelión contra la finitud del mundo, por la que se acepta la defensa de causas y la persecución de ideales tan desmesurados como irrealizables, dando por segura la inevitable derrota (victimismo).
  • La importancia atribuida a la expresión de la libre creatividad subjetiva, con la consiguiente predilección por formas de saber abiertas, fragmentarias y líricas.
Entre tantos elementos dispersos y muy frecuentemente contradictorios entre sí, el elemento unificados de la mentalidad romántica es el <tema del infinito>, que acabó convirtiéndose en un angustioso demonio psicológico, una aspiración de superación de los límites del <Yo>, un <querer ir más allá siempre y a pesar de todo, más allá del espacio y del tiempo, más allá de la muerte y del dolor, para conocer lo incognoscible y sentir lo suprasensible>.


TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO