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LÓGICA BINARIA




A G. W. Leibniz se le considera el padre de la lógica moderna por haber intuido la importancia de la simbolización de los términos lógicos, con lo que el razonamiento se convertía en una forma de cálculo racional (-->). Entre sus reflexiones en este campo destaca particularmente el descubrimiento de la lógica binaria, sobre todo a causa de los extraordinarios acontecimientos que la determinaron.


Leibniz como los seguidores de la tradición hermética (--> Hermetismo), estaba muy interesado por la lengua china y, en particular, por su naturaleza ideogramática. Pensaba que la escritura china era una lengua sapiencial (-->) visual (no alfabética), capaz de expresar, como los jeroglíficos egipcios, los conceptos mediante dibujos estilizados, lo que parecía confirmar la posibilidad de una forma de comunicación inmediatamente significante, más allá de la mediación convencional de las palabras. El filósofo, motivado por este interés, publicó en 1697 los Novissima sinica (Últimas noticias desde la China), una recopilación de cartas de los misioneros de la Compañía de Jesús en China. Recién llegado de Oriente, uno de éstos le permitió conocer el I Ching, el Libro de las Transformaciones, el antiquísimo texto atribuido al mítico emperador Fu-hsi y empleado como instrumento de adivinación oracular (--> Oráculo).


El filósofo quedó fascinado por el sistema de 64 hexagramas; cada uno de éstos estaba compuesto únicamente por dos símbolos: una línea quebrada y una completa. Leibniz atribuyó a este simbolismo un sentido matemático del todo inexistente en origen y, a partir de ello, vio un perfecto ejemplo de progresión de números binarios tal como aparece en la figura extraída de su ensayo Explicación de la aritmética binaria (1703). Si la línea quebrada se considera 0 y la entera 1, los hexagramas chinos forman secuencias que pueden leerse como si fuesen números. En cambio existe la posibilidad de representar cada número del sistema decimal con una secuencia formada por dos símbolos (1, 2 y 3 se transforman, respectivamente, en 001, 010 y 011).


El sistema de notación binaria, <redescubierto> posteriormente por el matemático G. Boole (1815-1864), constituye la base de los sistemas de programación (el ordenador es una máquina que sustituye los estados <abierto> y <cerrado> de un circuito eléctrico por los símbolos 1 y 0). Por tanto, Leibniz intuyó el principio básico sobre el que se ha desarrollado la moderna revolución informática (de alguna manera, una ciencia emparentada con aquel <cálculo del pensamiento> que el filósofo alemán siempre persiguió con el nombre de <Lengua Combinatoria Universal>).


Sin embargo, Leibniz no llegó a entender la posibilidad de aplicar el descubrimiento a sus intereses combinatorios; para éste, el código binario sólo era una simple curiosidad matemática, de modo que tendió más bien a ver en él la expresión de valores místicos: si se asume que el uno es Dios (el Uno, según una antigua terminología teológica) y que el cero es el símbolo de la nada, todo el sistema dual asume un carácter ontológico y religioso capaz, según la opinión de Leibniz, de demostrar la superioridad religiosa del monoteísmo cristiano.




TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO

PROFUNDIZACIÓN LÓGICA BINARIA