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Asesorías Filosóficas Personalizadas

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MILESIOS: TALES, ANAXIMANDRO, ANAXÍMENES


El mito de Teseo, el héroe que con la ayuda de Ariadna consiguió matar al Minotauro, en un cómic contemporáneo. Se puede definir el mito, es decir, el pensamiento antes del nacimiento de la filosofía, como el intento por expresar la verdad en forma de un cuento.


En las primeras páginas de la Metafísica, recogiendo las doctrinas de los pensadores griegos que le precedieron, Aristóteles afirma que Tales y sus discípulos de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes, fueron los primeros filósofos, ya que afrontaron en términos racionales -y por lo tanto, sin recurrir a una explicación mítica- el problema de la arjé. Se trata de una convención, pues es evidente que semejante avance de la espiritualidad humana no pudo ocurrir de golpe y repentinamente. Pero la narración de Aristóteles es, sobre todo, una precisa definición de la filosofía, ya que sitúa la esencia del nuevo estilo de pensamiento no en la originalidad de los problemas, sino en el método, en los procedimientos utilizados para llegar a una respuesta. La filosofía, en definitiva, comienza cuando el pensamiento deviene racional, ya sea en el sentido de que trata de seguir procedimientos lógicos, ya sea en el de encontrar en la realidad pruebas que acrediten las afirmaciones acuñadas. Y aunque hoy puedan parecernos pobres las respuestas de Tales y de los Milesios por el sistemático rechazo de lo probable, de lo posible, de lo fantástico, son ya del todo racionales.

La historia de la escuela filosófica de Mileto, hoy ciudad de Turquía, está directamente relacionada con los avatares políticos de Asia Menor entre los ss. VI y IV a.C. Después de haber aprovechado su favorable posición en los intercambios comerciales hasta llegar a conocer un gran desarrollo civil y tecnológico (uso del hierro y de la moneda), Mileto fue muchas veces destruida durante las ocupaciones persas, y eso marcó el fin de la primera escuela filosófica. 

De Tales, nacido aproximadamente en 624 a.C. y muerto en 545 a.C., no tenemos ninguna noticia cierta, pero sí numerosas anécdotas (aunque, seguramente, todas fruto de la invención). Su figura, en efecto, está condicionada por ser el primero de la serie y el mejor ejemplo del estereotipo del filósofo: Tales es observador de la naturaleza (fueron los fenómenos de la humedad los que le sugirieron su primera doctrina), genial inventor, político empeñado en las luchas contra los persas y, además, geómetra, astrónomo y escrutador del cielo tan entregado a la observación, que cae en un socavón del camino provocando la risa de una criada tracia (es la imagen del filósofo que, inmerso en sus profundas especulaciones, ya no está en condiciones de afrontar la vida cotidiana).

Tales no dejó obra escrita. De Anaximandro (h. 610-547 a.C.) y de Anaxímenes (h. 596-525 a.C.), cuya contribución en realidad se limita a ofrecer una respuesta diferente al mismo problema de Tales, nos ha llegado apenas un fragmento de cada uno.



El principio es el agua. (Tales)


EL PROBLEMA: ¿Cuál es el origen del mundo? ¿Hay un principio primordial (arjé, en griego) del que todo deriva?
LA TESIS: El principio primordial se halla, según Tales, en el agua. La respuesta puede parecer desilusionadora, pero su importancia reside en el hecho de que por primera vez en la historia del pensamiento se busca una solución de tipo racional en lugar de mítico-fantástica. Lo confirman las razones aportadas por Tales: las semillas, como todo lo nutricio, son húmedas.

Conocemos el pensamiento de Tales sólo a través de los testimonios de otros filósofos. Entre todos destaca Aristóteles, quien dedicó las primeras páginas de la Metafísica al breve resumen que sigue de los pensadores que le precedieron.

Las primeras filosofías fueron <naturalistas>; es decir, buscaron una explicación exclusivamente natural de los fenómenos naturales.

  • La mayor parte de los que filosofaron primero pensaron que los principios de todas las cosas fueron sólo aquellos materiales. En efecto, afirman que aquello de lo que todos los seres están constituidos, de lo que derivan originariamente y en lo que se resuelven por último, es el elemento y es el principio de los seres, en cuanto es una realidad que permanece idéntica a pesar del transmutarse de sus afecciones... Por esta razón creen que nada se genera y nada se destruye, ya que una tal realidad se conserva siempre.

La arjé es el principio, lo que permanece al cambio.

  • Y de la misma manera que no decimos que Sócrates se genera en sentido absoluto cuando deviene bello o músico ni tampoco decimos que perece cuando pierde estos modos de ser, por el hecho de que el sustrato (es decir, Sócrates mismo) continúa existiendo, así debemos decir que no se corrompe, en sentido absoluto, ninguna de las otras cosas: debe, en efecto, existir alguna realidad natural (o una sola o más de una) de la que derivan todas las otras cosas, mientras ella continúa existiendo inmutable.

Las argumentaciones de Tales se basan en la observación y el razonamiento.

  • Sin embargo, no todos estos filósofos están de acuerdo acerca del número y de la especie de un tal principio. Tales dice que ese principio es el agua (por esto afirma que también la Tierra flota en el agua), deduciendo sin duda su convicción del constatar que la nutrición de todas las cosas es húmeda, y que incluso el calor se genera de lo húmedo y vive en la humedad. De ahí resulta que aquello de lo que todas las cosas se generan es, precisamente, el principio de todo. Deduce, por tanto, esta convicción de este hecho y del hecho de que las semillas de todas las cosas tienen una naturaleza húmeda y el agua es el principio de la naturaleza de las cosas húmedas.




El principio es lo infinito. (Anaximandro)


EL PROBLEMA: ¿Cuál es el origen del mundo? ¿Existe un principio primordial del que derivan todas las cosas?
LA TESIS: Con un notable salto intelectual respecto a Tales, Anaximandro ya no sitúa la arjé en un elemento natural, sino en el ápeiron, término que en griego indica lo ilimitado, lo infinito: una realidad primigenia e indiferenciada, sin límites ni confines. Probablemente, el razonamiento que lo condujo a esta conclusión fue el siguiente. Cada parte del universo es el resultado de una oposición entre fuerzas antagónicas: la tierra, el agua, el aire, el fuego; es decir, todos los elementos naturales son el resultado (una situación de momentáneo equilibrio) de emparejamientos de opuestos: el calor se opone al frío, lo seco se opone a lo húmedo. Pero también el cosmos en su totalidad ha de ser el producto de un antagonismo fundamental, y aunque el universo aparece definido, limitado, determinado en cada componente suyo, hay que pensar que tuvo un origen y que está sostenido por un principio diametralmente contrario: el ápeiron.


  • Anaximandro, hijo de Praxíades, sucesor y discípulo de Tales, ha dicho que lo infinito es el principio y elemento de los seres, introduciendo por primera vez el concepto de principio. Y dice que el principio no es ni el agua ni alguno de los así llamados elementos, sino una distinta naturaleza infinita de la que todos los cielos provienen y los mundos que en ellos existen [de Simplicio]. 

MONISMO

Las doctrinas de los Milesios constituyen el primer ejemplo rudimentario de monismo, término aplicado a todas las filosofías que suponen la derivación de la multiforme realidad de un principio único. El monismo se contrapone en metafísica al dualismo, sostenido de modo diverso tanto por Platón como por Descartes, y al pluralismo, sostenido por Aristóteles.

ARJÉ

Al parecer, fue Anaximandro quien empleó por primera vez el término, que en griego indica el principio, el fundamento, aquello de lo que todo ha tenido origen y que mantiene vivo el mundo. Los Milesios señalaron la arjé en un elemento natural (el agua, el aire, el ápeiron), pero ya los filósofos de la generación siguiente elaboraron respuestas más refinadas al problema: Heráclito identificó la arjé con el devenir, y Pitágoras con el número. Posteriormente, el término se mantuvo en la tradición y fue empleado por Platón y Aristóteles para designar en sentido genérico ya sea la materia de la que están hechas las cosas, ya sea la fuerza que da vida a la naturaleza (o incluso la ley que la gobierna). 




El principio es el aire. (Anaxímenes)


EL PROBLEMA: ¿Cuál es el origen del mundo? ¿Hay un principio primordial originario?
LA TESIS: Quizá realizando una cierta vuelta atrás respecto a la solución de Anaximandro, Anaxímenes identificó la arjé con un elemento natural: el aire. En realidad, es probable que con este término aludiese a lo que luego los griegos llamaron pneuma, es decir, el aliento caliente y rarefacto, de naturaleza más espiritual que material, que está presente en todo ser vivo y que se exhala del cuerpo con el último aliento. Más que una sustancia natural, el aire de Anaxímenes es el principio de la vida.

El aire como principio infinito.

  • Anaxímenes, hijo de Euristrato, fue amigo de Anaximandro. También él dice que una e infinita es la sustancia que hace de sustrato, como el otro, pero no indeterminada como aquél, sino determinada, y la llama aire. 
Del aire derivan todos los elementos por transformación.


  • El aire difiere en las sustancias por rarefacción. Atenuándose deviene fuego, condensándose viento, luego nube y, creciendo la condensación, agua y después tierra y después piedras y el resto a partir de éstas. También supone eterno el movimiento mediante el que se origina la transformación.
También el aire, como el infinito, no tiene confines.


  • Otro dice que es el infinito y lo limitado en cuanto al número (el que es propio de aquellos que admiten multiplicidad de principios), otro el infinito y lo limitado en cuanto a la magnitud..., como afirman Anaximandro y Anaxímenes, quienes admiten un único elemento, pero infinito por magnitud [de Simplicio]. 

ÁPEIRON


La traducción literal de este término es sin límite. Anaximandro lo emplea para indicar la mezcla originaria de todas las cosas, indefinida, indistinta y caótica, de la que, a través de sucesivas separaciones causadas por la alternancia de calor y frío, se ha generado el mundo tal como lo conocemos. Los griegos no elaboraron una idea de infinito parecida a la idea moderna, sino que asociaron siempre esta idea a las nociones de indeterminación, falta, negatividad.



TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO