La etología (literalmente <estudio del comportamiento>) es la disciplina científica que estudia el comportamiento animal en relación comparativa con el comportamiento humano. Está estrechamente ligada a las ciencias biológicas y en especial al evolucionismo darviniano. Es una ciencia nueva (surgió poco después de la Segunda Guerra Mundial) y sus pioneros fueron el austriaco K. Lorenz (1903-1989) -El pretendido mal (1963) y El declive del hombre (1983) entre sus principales obras- y N. Timbergen (El comportamiento social de los animales, 1955).
Las investigaciones sobre el reflejo condicionado (-->) en los animales realizadas por la psicología del comportamiento revelaron la acuciante necesidad de una rigurosa experimentación en laboratorio. La etología, por su parte, se diferenció gracias a la asunción del principio ecológico: el <comportamiento> debe ser estudiado siempre en el campo, observando al animal en su hábitat natural (y no en las condiciones artificiales de laboratorio, que alteran inexorablemente la naturaleza).
Mediante la descripción de las acciones de los animales (registradas en filmaciones, fotografías y grabaciones de audio), los etólogos consiguen un completo catálogo de los modos de <comportamiento> que caracterizan una especie determinada: rituales de cortejo y de combate, prácticas alimentarias y sexuales, cuidado de las crías, reacciones de miedo o supervivencia, etc. Realizar las descripciones no es una tarea sencilla, ya que las secuencias comportamentales (gestualidad, posturas del cuerpo, expresiones faciales) se suceden rápidamente, son de gran complejidad y a veces tan poco visibles, que puede llegar a ser muy difícil reconocerlas.
Al trabajo de campo sigue el intento de dar una explicación a los esquemas de <comportamiento> sobre la base de los principios de la evolución biológica. Esta teoría afirma que, después del paso de un adecuado número de generaciones, los comportamientos dotados de un valor adaptacional más elevado se consolidan en cada especie, de la misma manera que lo hacen los órganos del cuerpo. La selección natural (muerte o fracaso de la procreación) se encarga de eliminar a los sujetos poco hábiles para interpretar y ejecutar los esquemas de <comportamiento> típicos de la especie. Por ejemplo: un animal incapaz de reconocer con claridad las señales de peligro tiene muy pocas posibilidades de sobrevivir.
Dado que cada tipo de acción está sujeta a esta dinámica, todo el <comportamiento> en su conjunto podría interpretarse como el intento de elevar al máximo las posibilidades de éxito en la procreación. De ahí el acentuado carácter ético de las tesis etológicas. En los títulos de las obras capitales de esta rama de la ciencia es donde se hace más evidente esta situación: Amor y odio (1970) y Etología de la guerra (1975), de I. Eibl-Eibesfeldt; Biología de los diez mandamientos (1973), de W. Wickler. Desde el punto de vista de la filosofía, la etología ha reformulado en novedosos términos las cuestiones relativas a la naturaleza del instinto (-->) y de la agresividad (-->), así como las relaciones entre innatismo (-->) y ambientalismo.
TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO