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MECANICISMO




La ciencia mecanicista que se desarrolló en el s. XVII en el ámbito del racionalismo cartesiano pretendió, oponiéndose a cualquier explicación de tipo finalista, mágico, animista o espiritual, explicar la realidad natural recurriendo únicamente a dos principios: materia y movimiento. La idea de base de los científicos cartesianos era que, salvo el hombre y la mujer (únicos seres en el Universo dotados de res cogitans: --> Res Cogitans/Res Extensa), el mundo en su conjunto debe considerarse una máquina que, por compleja que sea, puede explicarse a partir de las leyes de la dinámica (la ciencia encargada de estudiar los cuerpos en movimiento). En principio abarcaba también la naturaleza viviente: también los animales (que, según Descartes, estaban privados del pensamiento) deben ser considerados únicamente autómatas semovientes; muy complicados, pero atribuibles a mecanismos automáticos (mecanicismo biológico).


Con toda seguridad, la máquina fue el símbolo dominante en el imaginario del hombre y de la mujer del s. XVII. El genio del siglo se expresa en la construcción de los grandes relojes, de las escenografías teatrales, de las fuentes enriquecidas con estatuas semovientes y pájaros cantores y también en las grandiosas <máquinas para fiestas>, elaborados ingenios destinados a realizar prodigios durante una sola velada y, después, ser destruidos. En manos de los científicos, la <máquina> llegó a ser la principal categoría interpretativa. En conexión con la tecnología del tiempo, esto significó el intento de explicar toda la naturaleza a partir de un modelos hidráulico. El pasaje en que Descartes parangonó la fisiología del cuerpo humano con el funcionamiento de una fuente es verdaderamente ejemplar. En los jardines de las personas pudientes, afirmó, <existen fuentes en que la sola fuerza del agua mueve diferentes máquinas, hace sonar los instrumentos o pronunciar palabras a las estatuas, según la diferente disposición de los tubos que la canalizan. Los nervios del cuerpo humano son como los tubos de estas fuentes; los músculos y los tendones son mecanismos que sirven para moverlas; los espíritus animales son el agua; el corazón, la fuente de donde procede el agua, y las concavidades del cerebro son el castillo [el depósito que canaliza las aguas]. Incluso el alma puede parangonarse con el fontanero que en el castillo, de donde parten todos los tubos de estas máquinas, controla o cambia la apertura de los tubos>.


Con respecto a las épocas restantes, lo que caracterizó al mecanicismo del s. XVII fue el débil vínculo con los progresos efectivos de la ciencia e, incluso, de la tecnología. A lo largo de todo el siglo, la pasión por la mecánica mantuvo un carácter de juego, de fantasía utópica, de pura maravilla filosófica frente al mecanismo perfecto, frente al espectacular sincronismo de los engranajes que imitan y desvelan el maravilloso misterio de la naturaleza.


En cuanto al precedente histórico del antiguo atomismo (--> Átomo), según el cual átomo y vacío serían suficientes elementos para explicar toda la realidad, el mecanicismo moderno se caracterizó por el rechazo de cualquier implicación antirreligiosa. Al contrario: según los científicos cartesianos, así como una máquina construida por el hombre o la mujer manifiesta la habilidad del ser humano, la perfección de la máquina del mundo nos remite a un autor divino.




TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO

PROFUNDIZACIÓN MECANICISMO