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POSMODERNISMO




La historia del arte de la primera mitad del s. XX se caracterizó por la sucesión de las distintas vanguardias (-->), cada una de ellas portadora de un proyecto específico de emancipación del arte y de la vida (-->). Esta lógica, según la cual la evolución artística es el resultado de la afirmación de nuevos estilos incompatibles con los anteriores, entró en crisis coincidiendo con la afirmación de la idea posmoderna.

El estilo posmoderno nació en el ámbito de la arquitectura hacia finales de los años sesenta del s. XX, cuando se empezaron a proyectar edificios basados en la combinación de los más diversos estilos del pasado y del presente. Negándose a adherirse a una sola de las tendencias arquitectónicas codificadas (neogótico, modernismo, funcionalismo...), los arquitectos empezaron a utilizarlas todas en un mismo edificio, yuxtaponiendo soluciones clásicas, barrocas, modernas, primitivas, folk... La unidad de estilo, uno de los criterios centrales de las estéticas modernas, es sustituida por el <pluralismo de las formas>: la presencia simultánea en una misma obra de puntos de vista distintos y antagónicos.

Tras sus comienzos en el ámbito urbanístico, el posmodernismo fue asumido como categoría interpretativa de la actual situación de la sociedad y de la filosofía. Según los posmodernos, la época actual ha rebasado la noción de modernidad, entendida como una afirmación de un pensamiento fuerte y capaz, por lo menos en perspectiva, de adquirir el fundamento (la verdad definitiva). A las vanguardias artísticas correspondían en el ámbito político las grandes ideologías, que el filósofo francés J. F. Lyotard (La condición posmoderna, 1981) llama grandes narraciones globales (Ilustración, idealismo, marxismo, nazismo, fascismo...). A pesar de estar enfrentadas entre sí, las ideologías compartían la ambición de ser un metalenguaje: es decir, una clave interpretativa aplicable a todos los cambios disciplinarios. Cada una de ellas proponía una visión global del mundo y expresaba su propio punto de vista acerca de todos los aspectos de la realidad. Sobre este trasfondo, la revolución estética de la posmodernidad se presentó como un episodio de la más general <crisis de las ideologías> típica del mundo contemporáneo; los grandes relatos totalizadores se han vaciado hoy en día de legitimidad, han perdido coherencia y capacidad de influir en la política y en la historia.

A nivel filosófico, la crisis de la noción de fundamento (de verdad) ha llevado a un  <movimiento posmoderno> (además de Lyotard, Foucault, Derrida, Vattimo) cuyos lejanos orígenes hay que situar en el desafío irracionalista (--> Irracionalismo) de Nietzsche. Estos filósofos posmodernos niegan que los distintos ámbitos de la realidad puedan explicarse desde un único punto de vista, y afirman que no hay ningún fundamento definitivo de la realidad y del conocimiento. A la idea de un pensamiento fuerte contraponen la necesidad de un pensamiento débil que acepte el carácter problemático de cualquier conocimiento y la imposibilidad de explicaciones unitarias del mundo. En oposición a cualquier tendencia neopositivista, subrayan el carácter arriesgado de la ciencia fundada no sobre una razón absoluta, sino en una más realista <racionalidad>.   





TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO