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FACULTADES DEL ALMA



La doctrina de las facultades del alma que Aristóteles definió en De anima y en De memoria et reminiscentia fue la teoría predominante en el campo de la psicología hasta el s. XVII, momento en que la distinción planteada por Descartes entre res cogitans y res extensa (-->) inauguró la moderna dicotomía entre mente y cerebro. De hecho, como todos los griegos, también Aristóteles vinculaba íntimamente la dimensión física y la intelectual del hombre o mujer, imaginando las diferentes funciones de la psique (facultades) como habitaciones (compartimentos) del cerebro conectadas entre sí mediante un recorrido secuencial.

Esta división entre anatomía y psicología preveía cuatro áreas.
  • El sentido común, en el que se encauzan, se unifican y se traducen como percepciones conscientes todos los estímulos procedentes de los cinco órganos de la sensación (-->), tiene su sede en la parte frontal del cerebro. Aristóteles consideraba la sensación un proceso de grabación automática del mundo externo: <Como un sello deja su huella en la cera, así los estímulos procedentes del ambiente se imprimen en el cerebro, como una especie de dibujo>.
  • La imaginación. En este compartimento, el material bruto producido por la sensación es elaborado libremente por la fantasía y por la imaginativa, dando origen a imágenes mentales (denominadas por el filósofo fantasmas) que constituyen el fundamento del pensamiento intelectivo. Según Aristóteles, también los conceptos abstractos se forman en la psique gracias al soporte de las formas visuales: <el alma no piensa sin una imagen mental>.
  • El intelecto. La cogitativa (los procesos racionales) y la estimativa (la capacidad de juicio y de discriminación) realizan las conexiones oportunas entre los <fantasmas> (imágenes-pensamiento) producidos por la imaginación
  • Finalmente, en la parte posterior del cerebro se encuentra ubicada la <memoria> (la última de las instancias mentales), una especie de depósito donde se conservan colecciones de sensaciones e imágenes mentales. La hipótesis de que el pensamiento poseía una estructura eminentemente visual permitió a Aristóteles explicar el funcionamiento de la memoria a partir del <principio de similitud>, según el cual los recuerdos se asocian entre sí en función de unos criterios de contigüidad (vecindad) y de similitud (o de diversidad, en el caso exactamente opuesto). La evocación mnemónica funcionaría de la siguiente forma: el perro se asocia con el lobo en virtud de la similitud, el gato se asocia con el ratón en virtud de la diversidad, el establo se asocia con el buey en virtud de la contigüidad, etc.

La doctrina de las facultades contenía una serie de implicaciones de elevado relieve filosófico.

En primer lugar, la sensación se debe considerar un proceso totalmente pasivo.

En segundo lugar, todo el conocimiento procede, en definitiva, de una reelaboración de los estímulos ambientales. Por lo tanto, ningún pensamiento se puede considerar, en sentido estricto, <inventado desde la nada> en la mente.

Finalmente, entre la percepción y el pensamiento se encuentra, en una posición central e intermedia, la imaginación, que Aristóteles consideraba el <punto de contacto> entre el hombre o mujer y el mundo, entre lo particular y lo universal.





TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO