Ir al contenido principal

Asesorías Filosóficas Personalizadas

Mostrar más

RACIONALISMO

 



Cualquier postura filosófica que, en oposición al irracionalismo (-->), considere la realidad ordenada y descifrable, gobernada por principios inteligibles, remite a la noción de racionalismo en un amplio sentido. Galileo inventó la metáfora más adecuada: el mundo es como un libro escrito en caracteres matemáticos (y, por tanto, la naturaleza es legible, comprensible, como un libro). En este sentido amplio se consideran racionalistas varias doctrinas, aunque sean muy diferentes entre sí (platonismo, estoicismo, hegelismo).

Por racionalismo en sentido estricto o racionalismo clásico se entiende la tradición filosófica fundada en el s. XVI por Descartes y proseguida posteriormente por Hobbes, Spinoza y Leibniz. La idea que caracterizó a estos filósofos fue la de que se puede llegar a conocimientos científicos válidos única y exclusivamente a través de la racionalidad deductiva, según el modelo de la geometría euclidiana, que deduce más de cuatrocientos teoremas a partir de cinco simples axiomas (postulados) de partida.

El Discurso del método (1637) de Descartes puede considerarse el manifiesto de este racionalismo: en éste se sostiene, de hecho, la posibilidad de construir todo el saber humano desarrollando, según un método deductivo, algunas evidencias que la mente intuye como ideas claras y diferentes; por ejemplo, los conceptos de extensión y de materia.

El juicio histórico sobre el racionalismo debe ser ambivalente. Fue una doctrina auténticamente revolucionaria y contribuyó a formar el espíritu científico moderno al arremeter contra las supersticiones del pasado. Descartes afirmó que la razón (--> Res Cogitans / Res Extensa), además de ser idéntica en todos los hombres y las mujeres y de diferenciarlos de los animales, es la única guía que el científico debe asumir. El racionalista no debe dejarse influenciar por los prejuicios o por las convicciones religiosas, no debe permitir que algunas teorías imposibles de demostrar o sugestivas (tan frecuentes en el pensamiento mágico) intercepten los recorridos lógicos del intelecto.

Estas consideraciones acabaron otorgando gran importancia a las matemáticas, hecho éste que contribuyó notablemente al nacimiento del método científico. No obstante, cuando los racionalistas intentaron extender a todas las ciencias el método axiomático-deductivo convirtiéndolo en la norma de la cientificidad, cayeron en estrepitosos fracasos. Por ejemplo, el intento de Descartes de construir una física natural deduciéndola de la idea de extensión no llevó a resultados demasiado fecundos (--> Deduccionismo cartesiano).

Sin embargo, lo más grave es que los racionalistas, al convertir en absoluto el valor de la razón, restaron importancia a los datos procedentes de la experiencia, incluso a la verificación práctica de las teorías (--> Filosofía Experimental).

Al entrar en polémica con el empirismo (-->) radicalizaron sus posiciones y acabaron por adoptar una postura en que era imposible el desarrollo efectivo de las ciencias: sus tratados científicos no son descripciones de la realidad natural, sino la construcción de modelos teóricos que no pueden ser experimentados. En el s. XVIII, la herencia positiva del racionalismo clásico, moderado por un justo valor conferido a la realidad, confluyó en la Ilustración (-->).


TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO
PROFUNDIZACIÓN RACIONALISMO