En oposición a la práctica científica de Galileo basada en el experimento (-->) y en el método de la inducción (-->) sugerido por Bacon, Descartes propuso una ciencia basada en la <deducción>: todo el saber debe conseguirse a través de inferencias lógicas a partir de determinadas verdades intuitivas y universalmente compartidas (ideas claras y distintas) que se pueden asumir como axiomas de base indiscutibles.
Según Descartes, la única idea tan obvia que puede considerarse verdadera en la ciencia de la física es la de la identidad de materia y espacio, en el doble sentido de que todo aquello que es material debe tener una extensión espacial y, simétricamente, todo aquello que tiene extensión debe ser material. De esto derivan de inmediato las siguientes deducciones: todo el espacio está ocupado por la materia; el vacío no existe (ésta es la principal divergencia de Descartes respecto al atomismo: --> Átomo); la materia es infinitamente divisible; el Universo posee una extensión infinita y está formado por esa misma materia.
Prosiguiendo la cadena deductiva, según Descartes es necesario admitir que en un mundo con semejantes características, la existencia del movimiento únicamente puede explicarse suponiendo tres tipos de materia diferentes:
- la materia primaria, constituida por masas de corpúsculos de grandes dimensiones, partes visibles de los cuerpos;
- la materia secundaria, constituida por partículas esféricas tan pequeñas que son invisibles para el ojo humano, a partir de las cuales se pueden explicar los fenómenos del carácter líquido y fundible de los metales;
- la materia sutil (materia terciaria), constituida por corpúsculos con formas diferentes. Al ser minúsculos pueden llenar todos los intersticios y son capaces, además, de penetrar en el interior de las masas de materia primaria y secundaria, cuyo carácter compacto es sólo aparente.
TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO